Os presentamos a la familia Kishka, ellas provienen de Chervonograd, una región del oeste de Ucrania y son Larisa (la abuela), Tatiana (la mamá) y Anna y Sofía (sus hijas). Se vieron obligadas a huir del país teniendo en cuenta que la ofensiva rusa sobre la región aumentaba y no era seguro seguir allí. El esposo de Tatiana, es militar, por lo que se ha visto obligado a quedarse, siendo muy dura la separación.

Llegaron a Madrid la noche del sábado 26 de febrero y recibieron apoyo de una familia conocida residente aquí, pero teniendo en cuenta que ellos no podían mantenerlos, acudieron a nosotras.

Al día siguiente las conocimos en el hogar que nos cedio una señora, donde iban a residir durante un primer periodo de tiempo. Éramos conscientes de que la situación imposibilitó tener muchas pertenencias por lo que movilizamos a nuestra amplia red de contactos que actuaron de forma solidaria para donar ropa, alimentos y productos de primera necesidad.

Gracias a que Virginia, una abogada del Colegio de Abogados de Madrid, entró en contacto con nosotras, pudimos tramitar la documentación en el centro habilitado en Pozuelo para ello el martes 15 de marzo. Fueron horas exhaustas, sobre todo para la familia, porque ni a Virginia ni al personal de nuestra Asociación que conoce el ucraniano nos dejaron pasar con ellas. Sin embargo, finalmente la espera mereció la pena porque abandonamos el lugar contentas de haber obtenido la Protección Internacional acordada por el Gobierno de España.

Además, previamente a esto el lunes 14 de marzo mantuvimos una reunión todo nuestro Equipo junto con la familia, Virginia y Luis, un hombre hablante del ruso que ha mostrado su deseo de ayudar en relación a la integración de la familia en la sociedad española. En este encuentro se habló sobre los planes a futuro de la familia y cómo veían ellas su residencia en España. Mientras la mamá nos comentó que le gustaría iniciar una vida nueva aquí y encontrar trabajo, Anna de 14 años coincidió que sería complicado para ella integrarse en un centro público de Madrid con el fin de mantener su escolarización; sin embargo, poco a poco se ha mostrado más abierta a ello, y Sofía de 18 años, confesó que está pendiente de los comunicados de la universidad en la que estudia Educación Física para poder reanudar sus estudios vía online.

 

Agradecemos a todas aquellas personas que están haciendo posible esto porque solo gracias a ellas podemos ayudar a esta familia.

 

Os informaremos en breve de cómo sigue la tramitación de la tarjeta de transporte, empadronamiento, tarjeta sanitaria, escolarización, búsqueda de alojamiento permanente, así como búsqueda de trabajo para Tatiana.

 

 

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